La paz pareciera ser el tema que domine el debate para la elección presidencial del próximo 15 de junio. Pero, dados los resultados del domingo, ¿le apostó la gente a esta empresa en que nos metió el presidente Santos desde el comienzo de su mandato?, ¿el miedo ante la disyuntiva de guerra o paz caló en la conciencia ciudadana?, ¿la abstención no será un indicio de fatiga ante una propuesta ciertamente atractiva pero exageradamente desgastada?
Por lo que representan 60 años de guerra en el país, por el impacto mediático que el tema ha suscitado entre los colombianos, por la trascendencia que ha tenido ante la comunidad internacional y por lo que han dicho los candidatos que van a segunda vuelta, la paz promete seguir siendo protagonista en la segunda vuelta.
En varias ocasiones ha dicho el jefe del Estado que por la paz bien lo vale todo; que 60 años de conflicto no se resuelven en uno ni dos ni tres años; que hay que tragarse sapos para alcanzar el bien sublime de la reconciliación y la tranquilidad en campos y ciudades, y que no cejará en su empeño por alcanzar lo que él cree es la única fórmula que existe con tal de que el país salga de la oscuridad y les ofrezca un mejor porvenir a las futuras generaciones.
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