El túnel de 92 metros de largo construido en el corazón de Bogotá, en la calle 12 con carrera 10.ª, no es un oscuro pasadizo, como algunos podrían imaginar.
Por el contrario, esa obra, que el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) comenzó a construir en el 2011 y terminó en el 2012, es ahora un amplio paso peatonal subterráneo, enchapado, iluminado y con vigilancia, donde se abrió un nuevo pasaje comercial organizado.
Ahí se ofrecen, por ahora, entre otros productos, artesanías, ropa, comestibles y marroquinería, y funciona una pequeña cafetería.
Durante el 2013, el Instituto para la Economía Social (Ipes) hizo las obras a fin de habilitar los 25 locales que se acondicionaron a lo largo del paso subterráneo. Las inversiones costaron unos 350 millones de pesos.
Esos locales, de dos metros cuadrados, fueron entregados en arriendo (por 70.000 pesos mensuales cada uno) a igual número de vendedores, que antes ofrecían sus mercancías en la calle 12 y en los puestos del centro comercial Caravana, cedidos para hacer la boca del túnel. Toda la obra le costó al IDU 4.000 millones de pesos.
Pese a que aún el pasaje es poco conocido, vendedores como Gloria Cuéllar, una de las favorecidas con la asignación del local sorteado por el Ipes en ese punto, no se queja de las ventas.
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