viernes, 30 de mayo de 2014

Y sigue Bogotá / Voy y vuelvo

Hoy muy seguramente dos finalistas irán a una segunda vuelta presidencial y tres terminarán derrotados. Acto seguido, cada uno de esos derrotados empezará a evaluar cuál será su futuro inmediato: si apoyar a alguna de las dos campañas o comenzar a explorar un nuevo destino. ¿Y adivinen qué? Bogotá será ese próximo destino.
Porque así ha ocurrido en el pasado. La capital ha sido, o trampolín para la Presidencia o trampolín para la Alcaldía. Los aspirantes lo saben y juegan con dos cartas, la de la primera magistratura y la de la Alcaldía Mayor. Pastrana fue alcalde y terminó de presidente; Mockus cometió la osadía de abandonar el Palacio Liévano para buscar la Casa de Nariño, y al no conseguirlo, regresó. Peñalosa intentó ganarse el favor liberal en una consulta y, al no lograrlo, buscó la alcaldía; Lucho Garzón fue derrotado para las presidenciales del 2002, pero consiguió morar en el Palacio Liévano en 2004; lo propio ocurrió con Petro. Y eso que estos dos últimos ni siquiera soñaban con el cargo, se lo encontraron.
Dudo mucho de que en esta ocasión sea distinto. Varios de los perdedores de hoy ya tienen la mira puesta en el edificio de la carrera octava. Asistimos a una elección presidencial que dejará en el partidor a muy seguros candidatos a la Alcaldía de nuestra ciudad. Porque para eso también sirve una campaña presidencial: para posicionarse, hacerse más visible y quebrar la curva del margen de desconocimiento que revelan las encuestas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario