martes, 5 de agosto de 2014

Cambuches vuelven a invadir el Bronx; nadie entra

Ese 19 de febrero de 2013, máquinas y policías armados de palos quitaron por primera vez todos los cambuches de la ‘L’ del Bronx, que funcionaban como madrigueras para la venta de drogas, armas, alcohol y otras actividades ilícitas, pero el acto que elogió hasta el presidente Juan Manuel Santos, fracasó.

Hoy la única excusa del Distrito es que estos toldos hacen parte de las dinámicas propias de la población habitante de la calle.

Los vecinos y hasta los funcionarios que alguna vez trabajaron en su recuperación lo aceptan. “La intervención no funcionó porque lo institucionalizaron. El problema de la droga es algo individual y si al adicto no se le dan opciones es muy complicado. Cada uno necesita un proceso de socialización focalizado desde lo terapéutico y lo clínico”, dijo Jhon Álvarez, lider del sector. Ni siquiera se logró la prometida limpieza permanente porque nadie se atreve a ingresar sin protección a la ‘L’. Hoy la basura inunda las calles de miseria. No obstante, el Distrito dice que adelanta un proceso de caracterización para actualizar los datos sobre las dinámicas de esta población.

Tampoco se sabe nada de los predios sujetos a extinción de dominio por parte de la Dirección Nacional de Estupefacientes (DNE). El trámite sigue y no hay luz blanca para intervenirlos. Lo que se había prometido como la primera etapa de la Ciudadela del Cuidado, anunciada por la exsecretaria de Integración Social Teresa Muñoz, se frustró, por lo menos a corto plazo.

Hoy los vecinos, que prefieren ocultar su identidad, ven cómo el lugar se vuelve a llenar de tugurios. “Otra vez drogas, toldos, decadencia”, dijo un residente. Mientras tanto, en otros sectores de la ciudad, como el barrio San Bernardo, el parque Tercer Milenio y hasta la Plaza España, comerciantes y transeúntes se quejan del aumento de habitantes de la calle deambulando por las aceras. Hasta hoy la Administración Distrital, que señala que su labor se concentra en la restitución de los derechos de la población más vulnerable de la zona y no en la seguridad, dice que se ha invertido una suma superior a los 1.000 millones de pesos en 2014. “Con estos recursos se han financiado los servicios de comedor comunitario, jardín infantil, centros de autocuidado y atención psicosocial”, dijo el secretario de Integración Social, Jorge Rojas. También defendió el trabajo del jardín infantil La Libelulosa para niños de 1 mes a 6 años de edad, que actualmente atiende un promedio de 70 niños. “El balance es bueno. El número de participantes que acceden a los servicios crece cada año. Del año 2012 al 2013 el aumento fue del 35 por ciento”, agregó Rojas.

También unas 600 personas se benefician del comedor comunitario Liberia, que funciona gracias a la operación de la Cruz Roja, organización a la que se llamó tras amenazas de muerte que sufrieron los antiguos operadores. “Además 50 personas pueden realizar actividades de higiene y cuidado personal” dijeron funcionarios de la entidad.

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