jueves, 26 de junio de 2014

Un paseo por el mágico estado de Guanajuato

Para descubrir este estado, una buena idea es empezar por la ciudad de San Miguel Allende, que queda a 265 kilómetros de la Ciudad de México (cuatro horas por carretera) y que fue declarada por la Unesco, en el 2008, Patrimonio Cultural de la Humanidad.
En este lugar, la belleza está en la calle, en su arquitectura neogótica y barroca, que se convierte en un testimonio de piedra y ladrillo del paso de los siglos. Las casas, los edificios y las iglesias (como la Parroquia San Miguel Arcángel) están perfectamente preservados y brindan la posibilidad de ver el esplendor del pasado en una ciudad a la que le ha sido endilgado (con justicia) el título de ser la más bonita de México.
Caminar por ahí o sentarse en alguna de las sillas del Jardín Principal de la Ciudad, es una manera de tomarle el pulso a este tranquilo lugar, al que llegan turistas de todo el mundo (especialmente europeos y canadienses) en busca de paz y relajación. Y las consiguen, pero con un extra, pues en este lugar también hay arte (y mucho).
Solo basta visitar la Fábrica la Aurora para comprobarlo. Allí, donde funcionó una fábrica de tejidos hasta 1991, es donde hoy se encuentran más de 40 galerías y estudios, en los que artistas de distintas nacionalidades exponen sus obras y hacen de este espacio un lugar ideal para pasar una tarde o una mañana (la mayoría de locales abren de lunes a sábado de 10 a. m. a 6 p. m.).

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