La Empresa de Energía parece nadar contra la corriente. El conglomerado propiedad del gobierno de Bogotá estuvo a punto de protagonizar un negocio que pudo ser de los mayores del año, por 650 millones de dólares, en Perú, y era el principal candidato para quedarse con el control de Isagén.
En Perú, otra empresa igualó la oferta de la Empresa de Energía de Bogotá (EEB), y no fue posible el negocio, mientras en Colombia no parece dispuesta a cumplir con las condiciones que puso la autoridad de competencia para seguir aspirando por Isagén.
Mientras se acerca el 22 de agosto, fecha de la subasta del 57,6 por ciento de Isagén, la EEB afina las alternativas para ganar terreno. La presidente de la entidad, Sandra Fonseca, señala que hay tres iniciativas para construir plantas de generación y para entrar a este negocio en otros países, actividad que es clave para su expansión.
¿Le preocupan las dificultades para ejecutar el plan de inversión, tanto por Isagén como por los otros negocios que no se han logrado?
Tenemos las líneas de negocios en tres grandes frentes: electricidad, gas natural y los servicios asociados a estos dos negocios. Estamos en Guatemala, Colombia y Perú. Hemos visualizado una empresa de transporte energético en todo el continente, lo que indica que queremos proyectos fundamentados en la transmisión y en transporte de energía y gas respectivamente. Estas redes permiten, además, articular otras inversiones como la generación y la comercialización, más servicios asociados a la infraestructura.
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