El holding de energía Celsia, controlada por el Grupo Empresarial Antioqueño (GEA), el conglomerado más grande del país, va tras nuevos proyectos y adquisiciones en Latinoamérica.
En enero al Grupo Argos no le gustó la decisión de la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) de condicionar la posible compra de la estatal Isagén.
Grupo Argos y sus filiales, entre otras Celsia y la Empresa de Energía del Pacífico (Epsa), consideraron que la eventual integración con Isagén sí quedaría dentro de los límites regulatorios establecidos para los mercados de energía.
Por ello, estimaron como nuevos en la jurisprudencia de competencia los condicionamientos fijados por la SIC. Uno de estos, impuesto al Grupo Argos fue la desinversión de activos, y la orden de neutralizar el poder de mercado que adquirirían las empresas integradas.
El departamento de análisis de Bancolombia dice al respecto, en un documento, que los 820.000 millones en efectivo de la compañía y el bajo nivel de obligaciones (23 por ciento de la deuda financiera frente a los activos) son factores a favor de la compañía para aprovechar el crecimiento futuro por esa vía.
La compañía también anunció que renegociaría el contrato de compra de energía del proyecto Porvenir, que tiene 352 megavatios, dada la demora para obtener las licencias ambientales.
Con ese fin anunció conversaciones con la participación de la empresa Integral (vendedor) y representantes del Gobierno, dado que es la primera autoridad de decisión sobre la posible modificación de los términos del contrato.
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