Las marcas suelen ser únicas y, aunque algunas tienen más de un establecimiento, cuentan con su personalidad propia y nombres únicos.
Además, con pocas excepciones, la tendencia es vender comida internacional como la peruana, francesa, camboyana o tailandesa, entre otras.
Y aunque algunos tienen muchos cocineros, entre estos a veces descuella un chef que le da el sello particular al negocio, como es el caso de Harry Sasson, con Harry Sassony Harry’s; los hermanos Rausch, con Criterion; Leonor Espinosa, con Leo Cocina y Cava, o Francois Cornelis Jean, con La Cigale.
Por el lado de los inversionistas también existen grandes exitosos como Leo Katz, que tiene 16 marcas; Andrés Jaramillo, con Andrés Carne de Res, y Ricardo Macía Restrepo y Benjamín Villegas Bayer, con Wok, que cuenta con 11 puntos de venta.
El mercado objetivo suele ser público de ingresos medios y altos, los locales operan en zonas de afluencia de público de altos y medianos ingresos, y gran valorización inmobiliaria.
Los restaurantes tienen toques decorativos y arquitectónicos impactantes y atractivos, unos modernos, otros clásicos, o informales.
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